El silencio de los corderos

Que la educación esté por los suelos es el caldo de cultivo perfecto para que no piensen las masas. Pero este no es un mal endémico aislado, a él se le suma ahora «poderoso caballero es Don Dinero».
Este es el escandaloso y clamoroso despropósito de las subvenciones otorgadas durante 2009, entre muchas otras, a las organizaciones sindicales. ¡Sí! Mientras 4.504.338 de españoles están desempleados, y 1.220.000 familias tienen a todos sus miembros en el paro (USO - Unión Sindical Digital - 12 de febrero de 2010), los defensores, paladines, guardianes, valedores, abogados, intercesores, custodios, garantes … de los derechos de los trabajadores, cobran porcentajes abrumadores de los expedientes de regulación de empleo (dinero que debería ir íntegro a esos trabajadores despojados de sus empleos), y subvenciones vergonzosas como la que motivan estas líneas.
¡Sí! Cuando las arcas están vacías y muchas subvenciones por desempleo se agotan, los sindicatos reciben millonarias ayudas para sus labores sindicales. Curiosamente siguen recibiendo jugosas aportaciones monetarias para sus tareas en pro de los trabajadores, cuando menos trabajadores hay en este país («y lo que te rondaré morena»). Y con dinero público (de todos).
Según el Boletín Oficial del Estado número 48 del miércoles 24 de febrero de 2010 (sección III página 18.099) anexo 1, se destinan a las organizaciones sindicales (tengan la paciencia de sumarlo): 19.737.537 euros.
De los cuales 14.546.092,51 van destinados a Comisiones Obreras y UGT. Ahora se comprende «el silencio de los corderos», doblemente, por silencio comprado, y por corderos que no piensan y son llevados y dirigidos por los que les tienen llenas sus alforjas.
Pero antes de ver la paja en el ojo del vecino, hay que ver la viga que tienes en el tuyo, y empezar a ser crítico con uno mismo. De esos 19.737.537 euros, la Unión Sindical Obrera recibe 499.897,89 euros.
Consuela comprobar que desde la misma USO, en las propuestas de este sindicato a finales del 2008 (cuando no sólo se le veía las orejas al lobo, sino que se sintieron los primeros zarpazos,), en la primera medida urgente que propuso la USO para recortar el gasto corriente encontramos: «… también las subvenciones y dietas que recibimos las organizaciones sindicales por asistencia a reuniones de órganos consultivos» (periódico Unión Sindical número 154 noviembre 2008, página 7).
¿Cuántos de estos millones de personas y familias podrían sobrellevar esta crisis con este dineral (entre otros)?
Hagamos un ejercicio de corresponsabilidad y solidaridad con nuestros conciudadanos desempleados. ¡Apretémonos el cinturón!, si no queremos quedarnos sin trabajadores a los que defender.
Administrémonos con las cuotas de nuestros afiliados (esos que se autoproclaman sindicatos mayoritarios y de mayor representatividad seguro que no tienen problemas). Y pongamos nuestro grano de arena, primero económicamente, y después, sin ser corderos, ni estar en silencio.